Como usar la Lejía para alimentos

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29/08/2023
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La lejía para alimentos es un producto fundamental en las cocinas profesionales debido a su capacidad de desinfección. Lavar los vegetales con lejía de uso alimentario es una medida muy eficaz para garantizar la seguridad alimentaria, pero es importante tener en cuenta algunos aspectos como la dosificación y tomar una serie de precauciones para emplearla correctamente.

Para qué sirve la lejía para alimentos

La lejía alimentaria es el producto más efectivo para desinfectar aquellos productos de origen vegetal que se van a consumir crudos. Es muy recomendable usar la lejía para alimentos en las cocinas tanto domésticas como profesionales.

Este producto tiene un gran poder oxidante que hace posible la destrucción de virus y bacterias. Además, es capaz de eliminar otros gérmenes, mohos y otros microorganismos. Gracias a la actividad antimicrobiana del hipoclorito de sodio, a su facilidad de uso y a su precio bajo, es la solución higienizante más empleada en la hostelería.

Las frutas y verduras crudas pueden contener diferentes patógenos y productos químicos como plaguicidas, tal y como indica la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN). Por tanto, es fundamental ofrecer las máximas garantías de seguridad alimentaria a los consumidores, más aún, cuando en el sector hostelero se sirven alimentos a personas que pertenecen a grupos de riesgo como embarazadas, personas inmunodeprimidas o mayores.

Consejos para el uso correcto de la lejía alimentaria

La eficacia de la lejía para alimentos depende de una utilización adecuada, que depende, a su vez, de la dosis, el tiempo de exposición o la temperatura del agua.

Solo lejía alimentaria

Es fundamental asegurarse de que la lejía utilizada sea apta para alimentos. Las lejías alimentarias tienen una concentración de cloro activo entre 35 g/L y 60 g/L.

En la etiqueta debe figurar obligatoriamente la denominación “lejía alimentaria” o “apta para la desinfección del agua de bebida”. Estas lejías deben cumplir lo exigido en el Real Decreto 1712/1991, de 29 de noviembre sobre Registro General Sanitario de Alimentos.

Esta lejía es la única segura y autorizada para entrar en contacto directo con los alimentos para su desinfección. Otras lejías pueden contener elementos capaces de penetrar dentro de los vegetales, lo que las hace peligrosas para el uso alimentario.

La dosis adecuada

La concentración de lejía en el agua debe oscilar entre 50 y 100 ppm para asegurar la eficacia del tratamiento.

Existen diferentes tablas y fórmulas para calcular las diluciones correctas dependiendo de la concentración de cloro activo que contenga la lejía. De forma general, se recomienda usar 1,5 mililitros de lejía por cada litro de agua.

Lo ideal es utilizar una herramienta calibrada para añadir la lejía, como una jeringuilla o un vaso medidor. Si no se dispone de ellas, hay que usar una cucharadita de postre por cada tres litros de agua.

Agua fría

La lejía para alimentos pierde efectividad si se usa con agua caliente. Es recomendable que el agua de tratamiento esté fría o tibia. El hipoclorito emana gases al contacto con el agua caliente y se evapora con facilidad, perdiendo eficacia.

Uso inmediato

El poder desinfectante de la lejía se va perdiendo con el transcurso de las horas. Por eso es recomendable que prepares la dilución de agua y lejía en el momento de utilizarla. Si no es posible, no utilices esta dilución pasadas 24 horas, desecha y prepara una nueva para asegurar su eficacia.

No mezclar

La lejía para alimentos no debe mezclarse con otros productos químicos bajo ningún concepto. Las mezclas pueden desencadenar reacciones químicas muy perjudiciales para la salud tanto de los trabajadores como del consumidor.

Tiempo de exposición

Los vegetales deben permanecer 5 minutos en el agua clorada para completar el tiempo recomendado de exposición. Con menos tiempo la desinfección no será completa. Tampoco es recomendable pasarse de estos minutos, ya que no aumenta la eficacia y se pueden generar derivados clorados perjudiciales para la salud.

Limpieza de conservas

Las latas de conservas también pueden retener gérmenes y patógenos en su exterior. Para evitar que contaminen el alimento al abrirlas, es recomendable limpiarlas con ayuda de un paño limpio y humedecido en una solución de agua y lejía alimentaria antes de abrirlas para su consumo.

Lava con agua potable

Lava con agua abundante los alimentos antes y después de usar la lejía alimentaria. Para vegetales con pieles más duras, o que permanecen en contacto con el suelo, usa un cepillo para retirar los restos de tierra.

Aunque los vegetales se sirvan pelados, es imprescindible que pasen por este proceso de desinfección, ya que el cuchillo puede arrastrar los patógenos al interior si no se ha desinfectado el alimento con anterioridad.

Si vas a trocear los vegetales, hazlo después de la desinfección con lejía.

La lejía para alimentos es una solución eficaz, económica y sencilla para garantizar la seguridad en la cocina. Solo debes seguir estos consejos para una correcta utilización de este producto.

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Vicente de Pablos es Licenciado y Doctor en Veterinaria y Licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Profesional especializado en el ámbito de la Seguridad Alimentaria y la Salud Pública