Desde el 1 de abril de 2015 es obligatorio etiquetar el país de origen o del lugar de procedencia para la carne fresca, refrigerada o congelada de porcino, ovino, caprino y aves de corral según el Reglamento de Ejecución (UE) nº 1337/2013 de la Comisión
De este sistema de etiquetado han quedado descartados los modelos de carne de vacuno, que ya cuentan con una normativa propia, y la carne picada junto a los magros.
El fin de esta normativa es establecer una relación entre la carne comercializada y el animal del que procede.