Diferencia entre la fecha de consumo preferente y la fecha de caducidad
Cuando realizas un pedido de productos para tu restaurante o bar, seguro que una de las cosas que haces antes de poner un producto en la nevera es revisar la fecha de caducidad. Pero, a veces, lo que nos indica el fabricante es una fecha de consumo preferente. Son conceptos diferentes, y conviene que los tengas claros para evaluar las consecuencias que puede tener tomar un producto que se ha pasado de fecha.
Fecha de consumo preferente y fecha de caducidad: estas son sus diferencias
En los productos puedes comprobar rápidamente que algunos alimentos tienen fecha de consumo preferente y otros fecha de caducidad. Conviene distinguir entre ambos conceptos, porque quizá estemos dando por perdidos alimentos que todavía podrían consumirse sin ningún problema.
¿Qué es la fecha de consumo preferente?
Hace referencia al período de tiempo dentro del que el fabricante o productor asegura que el alimento se puede consumir con toda su calidad. Pasada esa fecha, el alimento no está en malas condiciones, pero puede perder parte de sus propiedades, haciendo que su calidad disminuya.
Por ejemplo, si abrimos una bolsa de patatas fritas cuya fecha de consumo preferente pasó hace unos meses, lo que podemos encontrarnos es que el sabor de las mismas se haya degradado y ahora estén un poco rancias.
Los productos que tienen este límite temporal de consumo preferente son aquellos en los que no hay riesgo microbiológico. Es decir, que no van a generar bacterias que puedan afectar a nuestro organismo.
Algunos ejemplos de productos con esta prescripción temporal son: las conservas, las sopas de sobre, las legumbres, el aceite, la pasta o el arroz.
¿Qué indica la fecha de caducidad?
La fecha de caducidad es algo a lo que debemos prestar especial atención, porque indica el momento a partir del cual deja de ser seguro desde un punto de vista alimentario el consumo de un producto. Es decir, que si ofrecemos a nuestros clientes algo cuya fecha de caducidad ya ha pasado, corremos el riesgo de causar algún tipo de enfermedad.
La fecha de caducidad está presente en productos perecederos como la carne o el pescado crudos. Alimentos en los que existe un alto riesgo de contaminación microbiológica y que pueden desarrollar bacterias con el paso del tiempo.
Posibles consecuencias de ingerir un producto tras la fecha de consumo preferente o caducado
¿Qué pasa si consumimos un producto si ya ha pasado su fecha de consumo preferente?
Como decíamos antes, la salud no corre ningún riesgo si tomamos un producto con fecha de consumo preferente ya vencida. A lo sumo, notaremos que ha perdido algo de calidad y que no tiene el sabor concreto que esperábamos de él.
Eso sí, para garantizar que el producto esté en óptimas condiciones de consumo, aunque se haya pasado el tiempo de consumo preferente, es necesario que lo hayamos conservado según las indicaciones dadas por el fabricante o productor.
Si una lata de conservas, que debe mantenerse en un lugar oscuro y fresco, la hemos tenido varios meses en una estantería en la que ha estado recibiendo la luz del sol directa, y en un espacio en el que hace calor, la degradación del producto será más rápida. Posiblemente, el alimento no suponga un riesgo para nuestra salud, pero la pérdida de calidad será más que evidente. En estos casos, lo mejor es desechar el producto.
Por tanto, antes de eliminar un alimento con fecha de consumo preferente vencida, se puede comprobar si presenta buen aspecto en cuanto a color, firmeza y olor, y que el envase este
totalmente cerrado antes de su consumo. Y se debe tener en cuenta que una vez abierto el envase siempre hay que seguir las instrucciones de consumo, como por ejemplo “una vez abierto el envase consumir antes de los cinco días”.
¿Qué pasa si consumes un producto caducado?
Aquí la situación puede tener consecuencias serias. Como decíamos antes, la caducidad se aplica a productos perecederos que, pasado un tiempo, van a comenzar a desarrollar bacterias.
Si tomas un producto caducado, esas bacterias van a entrar directamente en el organismo y causarán una reacción en el mismo, en forma de intoxicación alimentaria. Es habitual que aparezcan síntomas como náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago, incluso puede haber algo de fiebre.
Una intoxicación alimentaria puede ser algo leve que se pasa en unas horas, o convertirse en algo grave y requerir hospitalización. Por eso, lo mejor es no jugársela. Si un producto se ha caducado, es mejor desecharlo. No te fíes de que tenga buen aspecto, puesto que algunas bacterias tardan algo más de tiempo en dar señas de su presencia (deteriorando el alimento, o generando un mal olor).
En caso de que tengas un producto con fecha de caducidad que está próximo a vencer, lo que puedes hacer es congelarlo. Esto interrumpe el proceso de degradación del alimento. Eso sí, una vez descongelado, procura consumirlo en 24 horas.
Recuerda, la fecha de consumo preferente se relaciona con la calidad del producto, mientras que la fecha de caducidad nos avisa de que un alimento ha dejado de ser apto para el consumo. Tenlo presente y así evitarás problemas de salud. Si tienes un establecimiento de hostelería y quieres asegurarte de que los alimentos que sirves están siempre en óptimas condiciones, cuenta con nuestro servicio de laboratorio de análisis de alimentos.
Si fabricas o produces alimentos puedes solicitar un estudio de vida útil de alimentos para establecer la fecha de consumo preferente y la fecha de caducidad.
Ponte en contacto con nosotros y te ayudamos con tu caso.
Vicente de Pablos es Licenciado y Doctor en Veterinaria y Licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Profesional especializado en el ámbito de la Seguridad Alimentaria y la Salud Pública