Cómo gestionar una retirada de producto
La retirada de producto del mercado es algo que ninguna empresa quiere experimentar porque puede afectar muy negativamente a la imagen de la marca. Sin embargo, es una situación que se puede evitar si se toman las precauciones necesarias.
Qué es la retirada de producto y por qué es necesaria
La Ley 17/2011, de seguridad alimentaria y nutrición, junto con el Reglamento 178/2002 del Parlamento Europeo, fijan los procedimientos relativos a la seguridad alimentaria y crean la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. En España, contamos además con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que es un punto de contacto nacional con las redes de alerta europeas e internacionales.
Entre las obligaciones de los operadores económicos dentro de la red de alerta alimentaria está la retirada de productos alimenticios del mercado si se descubre que estos pueden suponer un riesgo para la salud de los consumidores.
La retirada implica cualquier medida destinada a impedir la distribución y exposición de productos alimenticios no conformes en los circuitos de comercialización. Se evita así que alimentos no seguros lleguen a manos de los consumidores y se protege la salud pública.
Entre las principales razones para retirada de un producto del mercado se encuentran:
- Contaminación microbiológica y/o química que puede afectar a los consumidores.
- Etiquetado incorrecto. Principalmente por no declarar presencia de determinados alérgenos.
- Presencia de elementos extraños en el producto, como trozos de plástico.
- Fraude alimentario. Por ejemplo, falsificación de la identidad del producto o sustitución de los ingredientes originales por otros de peor calidad.
Pasos para gestionar una retirada de producto
Para que el procedimiento de retirada y recuperación de productos sea lo más eficiente posible, hay que seguir estos pasos:
Identificación y trazabilidad del producto afectado
Un sistema robusto de trazabilidad es indispensable para identificar rápidamente los productos que están afectados y localizar su recorrido dentro de la cadena de suministro.
Los datos a identificar incluyen: nombre del producto, marca, lote, fecha de producción, fecha de caducidad, distribuidores, puntos de venta.
Comunicación interna y externa
La comunicación interna a todos los departamentos implicados en la retirada permite actuar de forma más rápida y eficiente. Además, es necesario establecer un equipo de crisis para coordinar las acciones y tomar decisiones.
Por otro lado, es imprescindible informar de la situación a los clientes y los proveedores.
Algo totalmente esencial en una retirada de producto es notificar a las autoridades competentes esta situación, dando toda la información relativa al proceso.
Retirada del mercado y eliminación
La retirada implica la paralización inmediata de la distribución del producto afectado en todos los canales de venta. Se procede a su retirada tanto de establecimientos comerciales como en almacenes y se deja constancia documental de todas las actuaciones llevadas a cabo.
Para el caso de contaminación microbiológica y/o química el siguiente paso es la eliminación del producto, que también debe realizarse de acuerdo con la normativa. El método concreto a seguir depende de los contaminantes presentes.
Consecuencias de una mala gestión
La mala gestión de este procedimiento puede tener consecuencias graves de largo alcance que afectan tanto a la propia empresa como a los consumidores y la sociedad en general.
Las consecuencias para la empresa implican:
- Daño permanente a su reputación.
- Pérdidas económicas directas derivadas de la retirada de los productos e indirectas derivadas de caídas de ventas y sanciones.
- Recibir sanciones por parte de las autoridades competentes.
- Obligación de abonar la indemnización por responsabilidad civil a los consumidores afectados.
Las consecuencias para los consumidores son, principalmente, la existencia de un riesgo para su salud si en el mercado hay alimentos que no son seguros; así como la pérdida de confianza en la industria alimentaria en general.
En el caso de la sociedad, una mala gestión puede derivar en una crisis alimentaria que tenga un impacto negativo en la economía; una mayor presión sobre el sistema sanitario si muchos consumidores se ven afectados y un daño a la imagen del país de cara al turismo y el comercio internacional.
Cómo prevenir la retirada de un producto
Más vale prevenir que curar y, por eso, lo que se recomienda en estos casos es, por un lado, llevar a cabo auditorías sanitarias y controles de calidad regulares y análisis de alimentos para detectar cualquier patógeno u otros elementos que no deberían estar presentes.
Por otro lado, capacitar al personal que interviene en la cadena de suministro para que sea capaz de llevar a cabo una manipulación segura de los alimentos y siempre acorde a la normativa vigente en cada momento.
La retirada de producto puede tener un impacto muy negativo para las empresas, por eso, lo mejor es tomar medidas de precaución para no llegar a ello. Si necesitas acreditar la seguridad de tus productos, estamos a tu disposición como laboratorio de análisis de alimentos.
Vicente de Pablos es Licenciado y Doctor en Veterinaria y Licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Profesional especializado en el ámbito de la Seguridad Alimentaria y la Salud Pública