El sistema de puntuación en base al cumplimiento de criterios de índole higiénico-sanitario se impone en la ciudad de los rascacielos y ya no supone un quebradero de cabeza para turistas.
Es un sistema de puntuación que coincide con el sistema educativo estadounidense: Las famosas letras que dan la bienvenida a los locales neoyorquinos no se conceden aleatoriamente, sino que responden a un estricto proceso de control y regulación. Los técnicos estatales de salud realizan inspecciones por sorpresa en restaurantes, bares, discotecas o cafeterías, que obtienen una u otra puntuación en función del número de irregularidades encontradas: cuanto más baja es dicha calificación, mejor grado se obtiene. De hecho, cada punto representa la violación de algún reglamento.